PEELINGS: GUÍA COMPLETA PARA TODO TIPO DE PIEL
Los peelings son uno de los tratamientos más versátiles y populares en la medicina estética, utilizados para renovar la piel, mejorar su textura y tratar diversos problemas como acné, manchas y signos de envejecimiento. Sin embargo, no todas las pieles responden igual a los mismos tipos de peeling. Es fundamental adaptar la técnica y los ingredientes a las necesidades específicas de cada tipo de piel para obtener los mejores resultados y minimizar los riesgos.
1. Piel Grasa y con Tendencia Acnéica
La piel grasa se beneficia especialmente de peelings químicos que ayudan a controlar el exceso de sebo, destapar poros y reducir brotes de acné.
Ingredientes ideales: Ácido salicílico, ácido glicólico y ácido mandélico.
Objetivo: Exfoliar profundamente, regular la producción de grasa y combatir bacterias que causan el acné.
Frecuencia: Cada 2-4 semanas, dependiendo de la severidad del acné y la tolerancia de la piel.
Precaución: Evitar peelings demasiado agresivos que puedan irritar la piel y provocar más brotes.
2. Piel Seca y Deshidratada
En las pieles secas, los peelings deben ser suaves y enriquecidos con ingredientes hidratantes para evitar mayor sequedad.
Ingredientes ideales: Ácido láctico y ácido mandélico.
Objetivo: Exfoliar de manera gentil, mejorar la capacidad de la piel para retener agua y promover una textura más suave.
Frecuencia: Una vez al mes para no comprometer la barrera cutánea.
Precaución: Asegurarse de combinar el tratamiento con una hidratación profunda y evitar peelings abrasivos.
3. Piel Sensible
La piel sensible requiere un enfoque extremadamente cuidadoso, utilizando peelings con activos suaves y de baja concentración.
Ingredientes ideales: Ácido mandélico, ácido láctico y enzimas naturales (como papaya o piña).
Objetivo: Renovar la piel sin causar irritación ni enrojecimiento.
Frecuencia: Cada 4-6 semanas, dependiendo de la tolerancia.
Precaución: Realizar una prueba de parche antes del tratamiento para evitar reacciones adversas.
4. Piel Normal
La piel normal tiene una mayor tolerancia a diferentes tipos de peelings y puede beneficiarse de una amplia gama de opciones.
Ingredientes ideales: Ácido glicólico, ácido láctico y combinaciones de AHA/BHA.
Objetivo: Mantener la luminosidad, prevenir el envejecimiento y mejorar la textura.
Frecuencia: Cada 3-4 semanas, dependiendo de las necesidades.
Precaución: No sobreexfoliar la piel, ya que puede llevar a sensibilidad innecesaria.
5. Piel Madura
La piel madura requiere peelings que estimulen la regeneración celular y la producción de colágeno para combatir arrugas y manchas.
Ingredientes ideales: Ácido glicólico, ácido retinoico y tricloroacético (TCA).
Objetivo: Reducir líneas finas, mejorar la elasticidad y aclarar manchas de hiperpigmentación.
Frecuencia: Cada 4-6 semanas, dependiendo de la profundidad del peeling.
Precaución: Usar siempre protector solar después del tratamiento para evitar la aparición de nuevas manchas.
6. Piel con Hiperpigmentación
Las pieles con manchas necesitan peelings que aclaren el tono y trabajen en las capas más profundas de la piel.
Ingredientes ideales: Ácido kójico, ácido mandélico, ácido fítico y TCA en bajas concentraciones.
Objetivo: Reducir la apariencia de manchas oscuras y uniformar el tono.
Frecuencia: Cada 4-6 semanas, según el tipo de peeling.
Precaución: Combinarlos con una rutina despigmentante y evitar la exposición solar.
Consejos Generales para Todos los Tipos de Piel
Consulta profesional: Antes de realizar un peeling, es importante evaluar el tipo de piel y las necesidades específicas con un especialista.
Protección solar: Después del peeling, la piel es más vulnerable al daño solar, por lo que el uso de protector solar es obligatorio.
Hidratación: Complementa el tratamiento con productos hidratantes para mantener la barrera cutánea saludable.
Evita exfoliar de más: Los peelings son tratamientos potentes, así que evita usar exfoliantes físicos o químicos adicionales durante unos días.